Maestrxs pueblo, maestrxs viento
A soplar compañerxs¡ A mantener la brasita humeante del sueño de igualdad. ¡A soplar, maestrxs ¡A hacer de ese humo un fueguito que caliente tanto dolor injusto en nuestras aulas! Somos la última barrera contra la soledad: la palabra adulta que ayuda y abraza. Somos parte del espacio donde se cuida y se enseña. Tenemos los bolsillos llenos de lápices cortados al medio para repartir a quien no tenga. Los chicos nos regalan pedazos de papel pintados con esmero y les damos a cambio la palabra que ayuda a crecer. Somos el último refugio del Estado. Somos la lucha por la escuela pública que recorre los caminos de la Patria. Somos parte de esa Patria que se resiste a aceptar para nuestros chicos el destino infame que se les propone. Somos letras, palabras, números y juegos. Tenemos la obstinación de los que insisten y el guardapolvo de los que nunca se fueron de la escuela. Nos sobran motivos para seguir repartiendo panes, preguntas y sueños. Lxs maestrxs somos viento del pueblo cuando nos unimos a las luchas de nuestro tiempo y encendemos así el poderoso latido colectivo. Porque como nos enseñó Leticia Cossettini: “La historia se hace a fuego lento y el pueblo sabe que el maestro es el viento”. En nuestro día soplemos todos juntxs, compañerxs. Somos el viento.